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Roberto Ferri


Roberto Ferri, Italia 1978, de origen autodidacta pero inspirado por el barroco, el romanticismo, la academia y el simbolismo, se graduó en la Academia de Bellas Artes de Roma para profundizar en su interés y pasión por las obras del siglo XVI en adelante, que definen los trazos de sus pinturas
Le han considerado el Caravaggio de nuestros días, por el excelente uso que hace del claroscuro con un carácter casi emocional, y se sienten también otros grandes pintores a los que acudir mentalmente ante sus obras, como son Géricault, David, Delacroix, Bouguereau, o los simbolistas y sus referencias a la mitología. Aunque él también nombra a Dalí como parte de sus influencias.
Las pinturas de Ferri, destilan la belleza de la que siempre hablan los poemas de Baudelaire, no solo constituida por lo canónicamente bello, bueno y noble, sino también por lo irracional, grotesco y desmesurado.
Con todo, el pintor no deja de ser un pequeño artesano, pues en su taller en las afueras de Roma sigue usando pigmentos tradicionales, así como las técnicas antiguas para la creación de colores, tal y como se llevaba a cabo durante el Barroco, hecho que prolonga en años la producción.
Sus pinturas forman parte de importantes colecciones tanto públicas como privadas, en las grandes capitales europeas, y también en Nueva York o Miami, y destacan sus obras para la catedral de Montepulciano en la provincia de Siena, o para el Convento de las Hermanas de San José, en Génova.